11/12/08

Estreno: EL ESPEJO Y EL CAMALEÓN (Rosario, Argentina)

TALÍA MELPÓMENE Teatro

("Y…SANDÍA"  -   "LOS OJOS DE LOS RINCONES" -  "CAMBALEO")

Presenta

 

EL ESPEJO Y EL CAMALEÓN

 

Inspirada en "HAMLET", la clásica obra de William Shakespeare. EL ESPEJO Y EL CAMALEÓN nos ubica en el momento final del drama del príncipe danés. Cuando HAMLET agoniza, ya a un paso de la muerte se presenta ente él OFELIA, la mujer que amó, quien loca de dolor murió ahogada luego que él asesinara a su padre.

Quizá como un sueño, quizá como una alucinación, como un paso por el "purgatorio", en este re- encuentro ella buscará ayudarlo a reconocer los errores y faltas causantes de aquel aluvión de muertes y restaurar su relación truncada por estas mismas circunstancias para así poder, ambos, partir en paz.

ESTRENO DICIEMBRE 2008

VIERNES 12;  SÁBADO 13  - 22:00 Hs

DOMINGO  14  - 21:00 Hs.

Sala LA PERIPECIA  -  Mendoza 1066  -  Rosario

 

Elenco: Debora Castillo; Hernán Ledesma.

Asistencia de dirección: Carina Favrat.

Textos, Puesta y Dirección General: Hernán Ledesma

 

CONTACTOS: (0341) 155-718139 – (0341) 156- 150 771 – (0341) 153-313946

www.taliamelpomene.com.ar

Este espectáculo nos propone reflexionar sobre la idea en que en favor de la "justicia", (en llegar a ella), se toman caminos o se realizan acciones que a veces no son tan justas. Lo que podríamos decir injustas, injustos instrumentos para acceder a lo justo.

Una contradicción quizá mal fundada en la interpretación de aquel axioma de Maquiavelo. "el fin justifica los medios…". Como esta, las contradicciones son propias del género humano. Solemos ser tan buenas personas como los acontecimientos de nuestras vidas nos lo permiten, pero alcanza con que nuestras seguridades se vean vulneradas para que broten en nosotros un Señor Haild con las ferocidades más insospechadas. No faltan casos individualizados como el del odontólogo Barreda o casos más generalizados como los de 2001; por citar algunos solo a modo de ejemplo. Nuestra condición contradictoria y selectiva nos torna inconsecuentes, en cualquier persona de cualquier espectro social, cultural, político y hasta religioso. En el más vulgo de los seres como en el más noble de ellos.

Pero en este último punto nos detenemos: En la figura de la NOBLEZA, emparentada directa y proporcionalmente con lo "justo"- o lo que comprendemos por ello.- comportamientos siempre avocados a la obtención de justicia. ¿Pero las acciones utilizadas y consecuencias también lo son? ¿Aún así vale decir justicia? ¿Aún así se es noble? ¿Cabe la idealización en justificaciones lábiles ya sea por blanco o por negro? ¿O nuestros actos dependen de las circunstancias que nos encuentran con nuestras imperfecciones y dudas humanas?  EL ESPEJO Y EL CAMALEÓN es esa sospecha.